Familia imperfecta: Perfecta familia

Durante estos últimos días después de la Fiesta de la Sagrada Familia, hemos estado revisando algunos videos de cuando los niños estaban pequeños, con gusto y con muchísima expectación, he revivido etapas, recordado detalles y repasado el pasado, con un corazón abierto a descubrir aquellas cosas por las que quisiera dar gracias a Dios ya que una de las cosas que me propuse durante el Adviento, fue precisamente terminar este año con un corazón agradecido.

Fue una sorpresa para mi mirar mi vida familiar , la vida que hemos construido con mi esposo y mis hijos bajo una luz distinta a la que antes la veía.

Durante muchos años mi visión era parcial, autocrítica, casi  escrupulosa, descubriendo mis errores y haciendo duelo por ellos, con razón, por el mal que crei causado y por mis incongruencias, mis faltas de consecuencia, mis faltas, mis faltas, mis faltas…

Pero estos días, he mirado con una nueva luz, esta mi  pasada vida y la de mi familia, la de mis hijos y mi esposo… y he descubierto varias  cosas inesperadas.

He descubierto una belleza y una dedicación que reflejan el amor que naturalmente una madre y un padre le tienen a sus hijos, he visto el cuidado con que criamos año tras año a estas 4 personitas que Dios nos dio a criar, he visto el tiempo empleado en amarlos, dirigirlos guiarlos, educarlos, entusiasmarlos, y también corregirlos, en hacerlos cristianos, en darles valores, en instruirlos y darles ejemplo.

He visto en nuestra vida la mano de la Gracia… digo esto porque siendo tan imperfectos, y quizás ni siquiera totalmente convertidos, pudimos ser buenos padres con nuestros hijos… Vi también, además de la Gracia , la Divina Providencia ,todo lo que Dios nos dio como material en bruto,  dispuesto a ser usado de una manera inteligente y bien dispuesta, para conseguir el Bien de sus almas, de sus cuerpos y de sus relaciones. He visto lo que Dios hizo a través de nosotros y sigue haciendo cada dia...

Y no es que seamos perfectos padres, por favor no me malentiendan, ni que nuestros hijos sean perfectos hijos, sino que en la imperfección en esta familia, Dios nos ha querido regalar la oportunidad de ejercer el perfecto amor que viene de El. Mas aun através de nuestras tribulaciones y debilidades, su amor ha brillado prístino. Mi tentación ha sido el no ver especialmente cuando hemos sido probados en el crisol, cuando las esperanzas se nos hacían escasas, los horizontes oscuros y la confianza en Dios brillaba por  su ausencia… Ahí en medio de esos dolores, escucho la voz de mi esposo que siendo el quien se dice de poca fe, me recordó: “ Padre Pío dice que no hay que preocuparse , sino orar”

No siempre hemos logrado compartir este Gran amor, en una manera perfecta quizás no es el plan de Dios que lo hagamos perfectamente, pero si que lo compartamos.

Con increíble asombro me he dado cuenta de ese gran tesoro que ha estado ahí escondido, y que yo por ceguera no había logrado vislumbrar. Dios me ha venido invitando durante todo este año, a reconocer el gran tesoro que tengo en mi familia.

Tampoco es que los frutos, todavía no completamente maduros, no nos hayan dado un gran trabajo, a veces teniendo que injertar, a veces teniendo que apuntalar, a veces hasta teniendo que podar. Tampoco  es que sepamos a ciencia cierta que esos frutos vayan a resultar perfectos en forma, en color  en sabor.

Pero considerando, el amor invertido, la Gracia derramada y la Providencia de Dios, no me queda mas que recordar con una sonrisa en el corazón ( si es que los corazones pueden sonreír…)

“Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!”

 Y quedarme tranquila, orante, esperante, y amante, que las semillas sembradas sea cultivada por Dios, que las lecciones aprendidas nos den sabiduría, y que los frutos de nuestro árbol , llegados a la madurez sean sabrosos, jugosos y saludables… Dios esta a cargo de la cosecha, Dios ha estado a cargo de todo!, solo se me había olvidado por algunos años…