El arte de ser agradecidos
“Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo, y daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre” Salmo 138
A muchos de nosotros nos
cuesta valorar los hechos de nuestra vida, pocas veces damos gracias a Dios por
los bienes que nos da, ya sean estos materiales o espirituales, solo damos
gracias cuando algo extraordinario nos ocurre. Pero Dios y su
Providencia, nos asisten continuamente pero quizás para nosotros esto no es
evidente.
Desde el amanecer hasta el
ocaso Dios está presente en nuestra vida, de una manera efectiva pero muchas
veces no sensible a los sentidos. Basta con mirar a nuestro alrededor más
detenidamente, la naturaleza, las buenas obras, y todo lo que nos
enriquece… el corazón del hombre pocas veces reconoce que todo lo que nos
sucede es digno de ser agradecido.
El ser agradecidos requiere
de cierto esfuerzo, como el poeta que debe escribir constantemente para
practicar el uso del lenguaje, para inspirarse, quizás de 10 escritos uno sea
publicable. De la misma manera el ser agradecidos requiere el mirar atentamente
a nuestro alrededor y encontrar el valor propio de cada cosa, persona,
suceso…. no solo con los ojos del mundo sino con los ojos del alma todo lo que
sucede en nuestro diario vivir.
Una forma de ser agradecidos
es descubrir los bienes diarios que Dios nos da, otra forma es descubrir los
bienes espirituales que él nos da, y otra forma ya mas difícil, que requiere
mucha practica y habilidad y por cierto la ayuda de la gracia, es
descubrir en aquello que parece ser malo, adverso, tribulación, dolor o
sufrimiento, la semilla de la Voluntad de Dios que es siempre el bien mayor del
hombre.
En estos dias antes de la Cuaresma quizás reflexionaremos y pondremos atención en
aquellas cosas dignas de agradecer. El desafío es, cada día, reconocerlas, y
más aun, tratar de ver en lo pareciera ser indigno de ser agradecido, la mano
de Dios, su huella , que marca su presencia silenciosa pero no menos real y
bondadosa en nuestra vida.
VIVA CRISTO REY!
VIVA CRISTO REY!
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